lunes, 18 de enero de 2010

Yo y mi casa serviremos a Jehova.





Por Zobeida Brito

Josué 24:15-“Yo y mi casa serviremos a Jehová.”

He estado escribiendo en los consejos de la Palabra acerca de un tema muy importante sobre la familia, enfoncándome principalmente en los niños. Usando la
amonestación de la Palabra del Señor. Hoy quiero seguir este enfoque a la ‘familia cristiana’, y a toda familia que esté pasando por momentos de tribulación en su hogar. Los hijos son un regalo de Dios muy preciado, es algo de gran estima para los padres. En los hijos volcamos todo nuestro amor, esfuerzo y dedicación; por ellos se lucha para darles una vida mejor.

Los hijos crecen como es normal, y al llegar a la adolescencia comienzan los problemas para lo padres, que se dan cuenta que su hijo tiene un comportamiento diferente a lo acostumbrado. Esto puede ser, por ejemplo, bajar sus calificaciones, querer estar más tiempo fuera de la casa, llegar tarde, y no poner atención a los consejos y regaños que sus padres le hacen. Y como es lógico, llega el sufrimiento al corazón de los padres que se sienten impotentes ante tal situación. A veces estos jóvenes se rodean de amigos que tienen una vida tormentosa con adicción a las drogas, que están en pandillas y en violencia.

El clamor de padres piadosos, que se sienten frustados e impotentes ante este cuadro desolador, es un clamor al Señor desde lo más profundo de su corazón. Este clamor mueve a misericordia y a compasión a Dios. Y suceden cosas ‘Maravillosas’ cuando nosotros levantamos oración por nuestros hijos, pues los estamos rodeando con la protección del Señor. No importa a donde ellos estén, Dios estará respaldando sus oraciones.

Hay un texto en el libro de Isaías 49:17 que encierra una promesa preciosa de protección y cuidado de Dios para nuestros hijos. Dice así, “y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.” Mi esposo y yo nos apropiamos de este texto y lo hicimos nuestro. Dios habló a la vida de mi esposo en un momento muy especial para nosotros. Teníamos que viajar a otro país y nos preocupaban nuestros hijos. El Señor nos habló con su Palabra. Y aunque nuestros hijos son adultos, y todo está bien con ellos, siempre ese versículo está presente en nuestras vida, como un testimonio de la Fidelidad del Señor.

Padres no se cansen de levantar su clamor en oración a Dios. Recuerden que del Señor viene toda buena dadiva, y él salvara a vuestros hijos.

Hagamos una oración:

Padre amado yo te pido por todos los hogares que están pasando por diferentes situaciones. Trae respuesta a tus hijos. En el nombre de tu hijo amado Jesucristo. Amen.

Que Dios les bendiga.

*Zobeida Brito es la esposa del pastor José Brito, y es la Directora del Ministerio de seguimiento de la Iglesia Iberoamérica*

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