viernes, 1 de enero de 2010

He guardado la Fe


He guardado la Fe
Por Daniel Brito
Estamos terminando el año y es muy común para muchos hacer una resolución para el año nuevo. Otros reflexionan en lo ocurrido durante el año, con la esperanza que el próximo año será mucho mejor. Y otros por razones de enfermedad o de edad avanzada, o cualquier otra razón, reflexionan en su mortalidad como seres humanos.
Otros buscan tener “éxito”, poder tener más cosas, mejores trabajos, etc., para el año nuevo.
En realidad no hay nada malo en eso, siempre y cuando miremos a lo que el verdadero éxito es para el Cristiano, y lo que los verdaderos propósitos deben ser.
Veamos lo que la Palabra de Dios dice en
2 Timoteo 4:6-8: “Porque yo ya estoy para ser derramado como una ofrenda de libación, y el tiempo de mi partida ha llegado.
7He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe.
8En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” (Biblia de las Américas)
El Texto que hemos leído se encuentra en la última Epístola que el apóstol Pablo escribió.
El apóstol se encontraba preso en ese momento, y él sabía que su vida en ésta tierra estaba llegando al final.
Pero noten lo seguro que el apóstol está de la realidad de su creencia y la obra que él había emprendido desde que JESUCRISTO lo llamó en el camino a Damasco.
Desde la prisión le envía instrucciones a Timoteo que tendrá que emprender más responsabilidades después de su partida.
Veamos algunas cosas que debemos ponerle atención.
(1) En primer lugar, Pablo le dice a Timoteo que él sabe que su tiempo había llegando. En otras palabras, él estaba preparado.
(2) En segundo lugar, aquí Pablo se está refiriendo al ministerio que Dios le había dado, pero también a su vida diaria, que no puede separarse del servicio a Dios. Pablo cuenta lo que había hecho en la Obra del SEÑOR hasta ese momento en las siguientes palabras.
(a) “He peleado la buena batalla” - La vida del creyente es una lucha contra el pecado, contra todo lo que se opone a Dios. Contra la desidia. Contra el desánimo. Contra la enfermedad. Contra pruebas.
Me gusta lo que el comentarista del siglo 18, Matthew Poole, dice (en mi propia traducción del inglés).
(1) Mi vida ha sido una vida militar, pero yo no he peleado las luchas malas de la ambición ni de hombres pendencieros: mi lucha ha sido la buena y noble batalla de la fe, una lucha con el mundo, con la carne, y con el diablo, una contienda por la fe dada a los santos, manteniendo el deseo del Espíritu en contra de la carne, una guerra en contra de las maldades en lugares altos.
Esas son luchas que el Cristiano tiene que emprender todo el tiempo con la ayuda del SEÑOR.
El apóstol Pablo estaba por terminar su carrera, tanto ministerial, como corporal, porque él sabía que su tiempo para irse con el SEÑOR estaba cerca.
En realidad lo que le esperaba al apóstol Pablo no era una muerte natural, sino el ser ejecutado por orden del Emperador.
Con esto podemos decir que Pablo había cumplido lo que se le había CONFIADO a él, así como él le amonesta a Timoteo que cuide la doctrina o Predicación del Evangelio, que se le había confiado a él.
Veamos 2 Timoteo 1:14:
(1) «Con el poder del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida la preciosa enseñanza que se te ha confiado.» NVI
(2) «Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.» -RV1960
(3) «Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que te ha sido encomendado.» -Biblia de las Américas.
Regresando al Texto que comenzamos este corto pensamiento,
“He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe”
- Podemos decir que este verso es clave en el Texto que estamos tratando, porque con estas palabras, el apóstol Pablo dice todo:
he guardado la Doctrina, he sido fiel, me he mantenido en el Camino.
He guardado mi fe personal.
El Cristiano vive en el presente.
Es por eso que debemos analizar nuestras intenciones a diario; sin esperar a algún evento especial, o alguna prueba.
Es ahí donde el creyente debe analizar su confesión de Fe al final de un año más:
¿He guardado la Fe? ¿Cómo he caminado en este año? ¿He vivido en santidad?
Si hacemos una resolución para el 2010, debe ser como la que el apóstol Pablo le dijo a Timoteo, y es que guarde la doctrina o enseñanza, y en los tiempos en que vivimos, debe ser
la SANA DOCTRINA, que es primordial para seguir guardando la fe, y peleando la buena batalla hasta que nuestro SEÑOR JESUCRISTO venga por Su Iglesia, o que nuestra carrera termine aquí en la tierra y el SEÑOR nos llame a estar en su presencia.
¡Feliz año nuevo! Que Dios les bendiga.

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