"ANTES BIEN , COMO ESTA ESCRITO, COSAS QUE OJO NO VIO,
NI OIDO OYO, NI HAN SUBIDO EN CORAZON DE HOMBRE,
SON LAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA LOS QUE LE AMAN"
1 CORINTIOS 2:9
Por Julia Barbeito.
¿Mandaría Dios un bebé a una sociedad oprimida?
¿a una familia en esclavitud?
¿quebrantando la ley prescrita por el gobierno?
Rápidamente diríamos "No", pero la verdad es que no sólo lo hizo una vez, sino muchas.
¿En qué estaba pensando Dios?! Pues en Ud., en mí, y en ellos.
Había una emergencia.
El bebé al que me refería era Moisés, nacido en Egipto, en el tiempo menos "propicio".
Generalmente los padres se preparan para la venida de sus hijos:
ahorran, compran, visitan el doctor... [o la partera, en este caso].
Pero antes de él nacer tenía ya una sentencia de muerte sobre su cabeza.
Faraón temía a los varones, quería que vivieran sólo mujeres (y Dios se rió de él usando a las mujeres en contra suya).
Pero como Dios siempre tiene sus agentes secretos- las parteras- no se cumplió su deseo.
Moisés pasó uno de los peores momentos de su vida con los ojos cerrados.
Tampoco los cocodrilos del Nilo pudieron comer ese día; Dios les cerró la boca.
El "muera!" se volvió en "viva!", en un abrir y cerrar de ojos.
Entró al palacio con pasaporte consular.
Los creyentes queremos pensar que su madre le inculcó buenas cosas, pero en realidad, su mundo fue: el palacio y los maestros de Faraón: su lengua, sus costumbres; cosas abominables en cuanto a religión.
Sin embargo, por "alguna razón", Moisés no siguió el orgullo del Imperio, de la familia que representaba y en la que había sido injertado.
Dios le había dado 'visión doble'. Siendo hebreo vivía entre egipcios, y siendo criado por egipcios conocía sus pensamientos sobre los hebreos.
Dios estaba preparando a alguien diferente para enfrentarse a un líder bien terco.
Dios permitió que su arma fuera forjada en el mismo corazón de Egipto, así que no tenía que preocuparse por conocer a Egipto.
Se iba a concentrar en su misión y en derrumbar el espíritu de 'anticristo' detrás del hombre en el trono.
Dios se tomó su tiempo para resolver esta emergencia, pero al final los guerreros egipcios acabaron bajo agua, [tal como lo había ordenado Faraón para los hijos de los hebreos], no quedó quien oprimiera la sociedad, ni rastro de familias en esclavitud y la ley...sería dada para vida, no para muerte.
La próxima vez que le parezca que Dios tiene ideas descabelladas, piénselo dos veces!
[Para más detalles, lea Éxodo capítulos 1 y 2.]
El bebé al que me refería era Moisés, nacido en Egipto, en el tiempo menos "propicio".
Generalmente los padres se preparan para la venida de sus hijos:
ahorran, compran, visitan el doctor... [o la partera, en este caso].
Pero antes de él nacer tenía ya una sentencia de muerte sobre su cabeza.
Faraón temía a los varones, quería que vivieran sólo mujeres (y Dios se rió de él usando a las mujeres en contra suya).
Pero como Dios siempre tiene sus agentes secretos- las parteras- no se cumplió su deseo.
Moisés pasó uno de los peores momentos de su vida con los ojos cerrados.
Tampoco los cocodrilos del Nilo pudieron comer ese día; Dios les cerró la boca.
El "muera!" se volvió en "viva!", en un abrir y cerrar de ojos.
Entró al palacio con pasaporte consular.
Los creyentes queremos pensar que su madre le inculcó buenas cosas, pero en realidad, su mundo fue: el palacio y los maestros de Faraón: su lengua, sus costumbres; cosas abominables en cuanto a religión.
Sin embargo, por "alguna razón", Moisés no siguió el orgullo del Imperio, de la familia que representaba y en la que había sido injertado.
Dios le había dado 'visión doble'. Siendo hebreo vivía entre egipcios, y siendo criado por egipcios conocía sus pensamientos sobre los hebreos.
Dios estaba preparando a alguien diferente para enfrentarse a un líder bien terco.
Dios permitió que su arma fuera forjada en el mismo corazón de Egipto, así que no tenía que preocuparse por conocer a Egipto.
Se iba a concentrar en su misión y en derrumbar el espíritu de 'anticristo' detrás del hombre en el trono.
Dios se tomó su tiempo para resolver esta emergencia, pero al final los guerreros egipcios acabaron bajo agua, [tal como lo había ordenado Faraón para los hijos de los hebreos], no quedó quien oprimiera la sociedad, ni rastro de familias en esclavitud y la ley...sería dada para vida, no para muerte.
La próxima vez que le parezca que Dios tiene ideas descabelladas, piénselo dos veces!
[Para más detalles, lea Éxodo capítulos 1 y 2.]